“La madrastra le deja hacer cosas a mi hijo que yo no tolero en mi casa, entonces me genera un conflicto porque quiere llegar a casa a repetirlas bajo el argumento de “Mi madrastra si me deja hacerlo y tú no”
Esta es una frase recurrente en nuestras consultas o a través de las interacciones en nuestras redes sociales, pero antes de hacer algunas reflexiones acerca de esto, continúo compartiendo comentarios recurrentes para ponernos en contexto…
- “Entonces, ¿que elegí yo? Pues complacerlo para que no se le pase por la mente ni un segundo compararme mas nunca con su madrastra”
- “Entonces, ¿cómo vivo yo? Estresada porque perdí todo el trabajo que he venido haciendo para que sea un niño de bien.
- “Entonces, para que esto no nos perturbara y pudiéramos llevar la fiesta en paz, le expliqué de qué se trataba la dinámica y lo hice de esta manera: “Imagina que viajas a dos países diferentes todo el tiempo en donde hay dos maneras de vivir muy distintas, con reglas, costumbres, celebraciones, hábitos y comidas diferentes, entonces, en este país que es tu hogar con tu madre lo hacemos de una manera y en el otro país que es tu hogar con tu padre lo hacen de otra forma” (Testimonio real de una madrastra muy activa en nuestra comunidad de Instagram @lasrecontramadres)
La realidad es que la capacidad de adaptación de nuestros hijos es gigantesca, son individuos con una flexibilidad de pensamiento admirable y eso les permite ajustar su conducta según el lugar que visitan o según con quien se relacionen. Es por eso que los pequeños y no tan pequeños de la casa cuando están con sus pares actúan de una manera y cuando están con los padres de otra, cuando están en el colegio de una manera y cuando están en casa de otra. Eso absolutamente normal. Eso mismo pasa cuando están en casa de la o el BIO o en casa de la Madrastra o Padrastro.
Eso si, ellos nos van sometiendo a prueba para ver qué tanto terreno pueden ganar en un espacio donde se supone que nosotros los adultos somos la autoridad, pero el problema se presenta cuando sin darnos cuenta nos victimizamos al responsabilizar a la bio o a la madrastra del comportamiento del querubines y es en medio de esta confusión que el pequeño tesoro va haciéndose de la autoridad de la casa hasta manejar la dinámica a su antojo, mientras que los adultos están perdiendo el tiempo dirigiendo su atención hacia el lugar equivocado.
Entonces que debemos hacer?
1.Definir como familia ensamblada o tradicional la propia identidad: Quienes somos, que queremos, que no queremos, que estamos dispuestos a dar, que no estamos dispuestos a dar, quienes son autoridad, quienes no son autoridad, etc, etc.
2.Reconocer que nuestros hijos/hijastros tienen una capacidad inmensa de adaptarse a varios contextos a la vez y eso no los debilita todo lo contrario, los enseña a ser resilientes y más fuertes.
Tú como autoridad, si algo que está haciendo tu hijo o hijastro no encaja con tu estructura familiar establece el límite sin dudarlo, él o ella entenderá que en ese espacio, determinadas cosas no las puede hacer.
Algunas reflexiones que vamos compartiendo para hacer de este camino de la #madrastridad un tránsito de aprendizaje, abundancia y mucho amor.
Si hay algún tema que quieres que abordemos, escríbenos a recontramadres@gmail.com